Un Gobierno de Progresía

Hacía tiempo que no escribía, a veces la vida es así, sin embargo ayer por la noche estaba viendo "Diario de la noche" y acabe acongojado, por no decir otra cosa. Una vez más nuestro querido gobierno "progre" atacaba sin piedad a la libertad y a los derechos civiles de los ciudadanos. Derechos civiles, por cierto, que son fruto de la revolución liberal de finales del siglo XVIII, por no dar más datos.

Ya lo he dicho unas cuantas veces, pero este PSOE no cree en la libertad, bueno, sí cree en la "libertad", pero una libertad de cartón piedra, una libertad a su medida. Me explico. Haciendo un repaso por las medidas del gobierno uno se encuentra con lo siguiente. Intentaron prohibir o limitar el consumo de vino y demás bebidas espirituosas. Prohibir el tabaco en los espacios públicos. Impedir que nos comiéramos una buena hamburguesa cuando nos apeteciera. Llegaron al aborto, y nos dicen que lo que antes era un delito ahora es un derecho. Asoman con la retirada de los crucifijos de las aulas y demás espacios públicos, toda una medida en favor de la pluralidad. Y por último, también empiezan a asomar con la prohibición de ciertas páginas en internet, todo para defender los intereses de unos pocosgae.

Todo un expediente de progresía, por un gobierno de hipócritas.

Si analizamos la cuestión detenidamente nos encontramos con los siguientes puntos a tener en cuenta. Primero, la izquierda hace tiempo que se quedo sin señas de identidad, porque las diferencias sociales, la clase obrera, el sistema económico y demás banderas han desaparecido. Ahora la izquierda necesita una nueva bandera, ¿cuál? pues no está claro, y hasta que llegue la nueva identidad, el objetivo es cambiar la moral. Para que luego digan de la Iglesia Católica.

Segundo, de acuerdo con las tesis de Petit ("Examen a ZP"), padre del pensamiento de ZP, la libertad se entiende como ausencia de barreras, como no imposición. El estado debe eliminar todas las barreras que existan para que así todos los sujetos puedan hacer lo que quieran. Sin embargo, parece ser que esto solo va dirigido a aplicarse a la gente de la cuerda del gobierno. La gente católica, por poner un ejemplo, una vez más ve asomar la sombra de unas políticas laicistas. Y los internautas ven asomar una política restrictiva en internet. Esto, por poner dos ejemplos. ¿Qué pasa con todos los que no compartimos esas políticas? A ver si les queda claro que ¡no queremos que nos corten a todos por el mismo patrón!!

¿Cómo es posible que un gobierno que se hace llamar progresista sea tan esquivo a la libertad? Si analizamos la historia, todas las ideologías que abogaban por un paraíso terrenal acabaron convirtiendo sus países en auténticos infiernos. Unos cuantos iluminados, creyendo tener la llave de la felicidad, y hablando en nombre de la libertad, acabaron estableciendo un régimen de horrores sin límite, y creo que sin irse muy lejos el siglo XX es una buena muestra de ello. Por suerte estamos lejos de llegar a repetir tales infiernos, pero ojo con las políticas "progres".

Ése es el error fundamental de cualquier programa político. Intentar imponer por la fuerza, a golpe de leyes, una nueva concepción de la vida, de la libertad y de la felicidad. Sin tener en cuenta que es imposible que estén todos de acuerdo, y mucho menos, sin tener en cuenta que esa no es la función del poder político. La obligación del gobierno es asegurar unos mínimos de convivencia y bienestar, el resto ya es cosa del propio individuo.

Hay que defender la libertad del individuo, y los derechos civiles y políticos. Y los derechos sociales, y los derechos de tercera generación, y todas las demás conquistas de la humanidad a lo largo de años de lucha contra los iluminados de turno. Lo que defiendo es la capacidad de cada uno de poder decidir que es lo que le conviene. De poder equivocarse uno mismo, pero no de que se equivoque uno por todos y luego paguemos las consecuencias durante muchos años. Afortunadamente en España podemos echarles en las próximas elecciones pero habrá que trabajar mucho y muy duro. Hasta entonces que siga la resistencia civil contra la imposición monocolor. ¡Queremos una vida en technicolor!