La muerte de Orlando Zapata Tamayo demuestra que por mucho que un Estado se proponga controlar la vida de sus ciudadanos, nunca lo conseguirá, al menos no hasta su fuero interno. Por mucho que se justifique en los más bellos (y absurdos) ideales.
Orlando Zapata era un preso político, que fue condenado a 56 años de cárcel (luego reducido a 25) vía nueve juicios sumarios. Fue el fundador del partido Alternativa Republicana y un gran activista a la hora de pedir la liberación de sus compañeros de causa.
Orlando Zapata ha sufrido vejaciones de todo tipo. Ha sufrido palizas y ha tenido que sobrevivir en unas condiciones infrahumanas. Cuando llego al hospital nadie denunció el mal estado en el que se encontraba. Y una vez fallecido ninguna autoridad ha pedido disculpas por nada de ello. Raúl Castro no ha hecho además ninguno gesto de autocrítica.
Orlando Zapata lucho, hasta entregar su vida, por la libertad, por lo que entendía que era justo, y de hecho lo es. Luchaba contra un sistema totalitario y represivo, que ha sumido a su población en un control total. Es lo que tiene un estado dictatorial. Un estado que pretende la liberación del hombre del capital y de la burguesía. Desde luego ha sido todo un éxito la lucha del comunismo.
Con todo esto la presidencia española de la Unión Europea vuelve a sufrir un golpe muy duro. Una de sus grandes propuestas en política exterior era la de mejorar las relaciones con la isla y mejorar las ayudas humanitarias. Pues bien, después de todo esto, de nuevo, nuestro gobierno saca a relucir sus vergüenzas y lo erróneo de su trayectoria. Una trayectoria ridícula, ideologizada hasta extremos insospechados, radical y que no para de hacer guiños a regímenes con un deficit democrático más que considerable (por decirlo de un modo elegante). No se puede entender cómo el gobierno de un país como el nuestro lleva a cabo estas políticas. Sin fundamento claro. Basadas en ideas trasnochadas y que ya han demostrado su estrepitoso fracaso. Su trayectoria es la misma que llevaría cualquier radical progresista veinteañero de universidad, con una diferencia que éstos al menos no tienen ninguna responsabilidad en el destino inmediato de nuestro país, y el otro la tiene toda.
Orlando Zapata era un preso político, que fue condenado a 56 años de cárcel (luego reducido a 25) vía nueve juicios sumarios. Fue el fundador del partido Alternativa Republicana y un gran activista a la hora de pedir la liberación de sus compañeros de causa.
Orlando Zapata ha sufrido vejaciones de todo tipo. Ha sufrido palizas y ha tenido que sobrevivir en unas condiciones infrahumanas. Cuando llego al hospital nadie denunció el mal estado en el que se encontraba. Y una vez fallecido ninguna autoridad ha pedido disculpas por nada de ello. Raúl Castro no ha hecho además ninguno gesto de autocrítica.
Orlando Zapata lucho, hasta entregar su vida, por la libertad, por lo que entendía que era justo, y de hecho lo es. Luchaba contra un sistema totalitario y represivo, que ha sumido a su población en un control total. Es lo que tiene un estado dictatorial. Un estado que pretende la liberación del hombre del capital y de la burguesía. Desde luego ha sido todo un éxito la lucha del comunismo.
Con todo esto la presidencia española de la Unión Europea vuelve a sufrir un golpe muy duro. Una de sus grandes propuestas en política exterior era la de mejorar las relaciones con la isla y mejorar las ayudas humanitarias. Pues bien, después de todo esto, de nuevo, nuestro gobierno saca a relucir sus vergüenzas y lo erróneo de su trayectoria. Una trayectoria ridícula, ideologizada hasta extremos insospechados, radical y que no para de hacer guiños a regímenes con un deficit democrático más que considerable (por decirlo de un modo elegante). No se puede entender cómo el gobierno de un país como el nuestro lleva a cabo estas políticas. Sin fundamento claro. Basadas en ideas trasnochadas y que ya han demostrado su estrepitoso fracaso. Su trayectoria es la misma que llevaría cualquier radical progresista veinteañero de universidad, con una diferencia que éstos al menos no tienen ninguna responsabilidad en el destino inmediato de nuestro país, y el otro la tiene toda.
Las ideologías son necesarias pero no lo pueden ser todo a la hora de hacer política, y parece que eso no lo entiende ni ZP ni Castro. Muchas veces hace falta más sentido común, espirítu conciliador y un poquito de humildad para reconocer que un panfleto, del partido que sea, jamás será suficiente para explicar la vida de una persona y sus problemas.
Hace falta sentido común, sentido común, sentido común...
Orlando, tu muerte no caerá en el olvido.
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1 comentario:
Orlando toda la gente de bien lloramos tu muerte, pero te prometemos que tu muerte no será en vano.
Ahora más que nunca el mundo civilizado tiene que exigir a sus gobiernos seriedad, firmeza y contundencia para que Cuba vuelva a recuperar la libertad tanm ansiada.
Tu muerte marcará un antes y un después y ningún amante de la democracia, en todo el mundo, permitirá que se vilipendie tu nombre, tus acciones y sobre todo tu muerte. Todos estamos con Cuba, todos arrimaremos el hombre para gritar: ¡ CUBA LIBRE POR FIN !
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